Haciéndose cargo del eco que las nuevas tecnologías han alcanzado y que parecían ajenos y reservados a la intimidad, como el de un lector y su libro, el proyecto FONDECYT Regular “Cartografía crítica de la literatura digital latinoamericana”, liderado por la académica de la Escuela de Literatura Creativa, Carolina Gainza y co-dirigido por la docente de la Escuela de Periodismo Carolina Zúñiga, busca rescatar, identificar y descifrar esta nuevas narrativas y poéticas.
“La definición de Literatura Digital es la literatura que ha sido creada para ser leída, experimentada, en formatos digitales, en dispositivos electrónicos. Su diferencia con el libro es que son obras que no se pueden llevar al formato libro, porque son interactivas, tienen imágenes en movimiento, tienen sonido, etc, por lo tanto, no funcionan en formato estático. Surgen para este medio, pero eso no significa que no tengan relaciones con el medio impreso. En este sentido, la definición de literatura digital ha ido mutando a medida que aparecen nuevas creaciones”, explica Gainza para contextualizar su estudio. “Los cimientos de la literatura digital se remontan a 1972, en Brasil, con la publicación del primer poema electrónico “La Tumba de Mallarmé”, dando a origen a un terreno de experimentación que decantó a fines de los ‘90 en la narrativa digital”, asegura Gainza, quien es socióloga, Magíster en Estudios Latinoamericanos y Doctora en Lenguaje y Literatura Hispana.
A la fecha, la incesante evolución de las tecnologías de la información ha dejado obsoletos programas y reproductores, por lo que uno de los pilares y primeras fases de este proyecto que ya inicia su tercer año de ejecución, ha sido rescatar creaciones, resguardarlas y conservarlas, para luego dar paso a la visualización crítica de las principales temáticas y géneros dentro de la literatura digital latinoamericana en castellano y portugués, el análisis del lenguaje digital y sus estéticas y el abordaje de la relación humano-máquina.
A juicio de Gainza, este proyecto adquiere relevancia al profundizar en el estudio de un área que ha adquirido relevancia en términos creativos en los últimos años, pero que no ha tenido su contraparte en la investigación. “En América Latina existe una comunidad de investigadores dedicados a comprender la particularidad del fenómeno en la región, pero aún no es muy grande. Juntos hemos formado la Red de Literatura Electrónica Latinoamericana. Espero que este proyecto contribuya con el primer repositorio de literatura digital latinoamericana y que sea un aporte tanto para abrir el campo de estudios como para convertirse en un lugar de documentación y consulta para futuras investigaciones”.
Además, en el campo de las políticas públicas, este proyecto permitirá identificar áreas de creación en las que se puede innovar a partir del uso de tecnologías digitales y pensar políticas de lectura, de archivo, preservación, y formas de circulación de la cultura, tanto a nivel país como latinoamericano.
Gainza, agrega que el visibilizar la temática, puede generar mayor interés en el género, “de hecho, aquí en la Escuela de Literatura Creativa ha ido creciendo el interés de los estudiantes por hacer e investigar ese tipo de obras. La mayoría de los ayudantes de investigación que he tenido son de la Escuela. Algunos de ellos han hecho tesis teóricas de investigación, pero la mayoría ha estado interesado en hacer tesis de creación en el campo, incluso utilizando tecnologías muy básicas, por ejemplo, literatura digital usando plantillas de tumblro utilizando las redes sociales, campo que se ha abierto mucho en los últimos años, justamente por la interacción que te permite con los lectores”.
En esta línea, la investigadora además cuenta que la Facultad de Comunicación y Letras acaba de crear el Laboratorio de Investigación en Cultura Digital, del cual ella es su directora. “La idea de este Laboratorio es seguir investigando estos temas, pero no solo en la literatura, sino ampliarlo a campos creativos como el cine, la música y los videojuegos, así como también indagar en aspectos como ciudadanías digitales, estéticas interactivas, la relación humano- máquina, temas que tienen que ver con formas de apropiación, construcción de sentido y de significados sociales y culturales de las tecnologías”.
“Nosotros como Laboratorio queremos aportar desde esta otra mirada, desde una mirada más crítica de la cultura digital, considerando también los aspectos negativos de las tecnologías en términos de vigilancia, invasión de la privacidad, manipulación, fake news, todos esto que circula en las redes y que nos afecta. Creo que es algo que hace falta y que nosotros esperamos aportar con nuestras investigaciones”.
La Directora resalta que se trata de uno de los pocos espacios de investigación en su tipo en el país. “Lo que está detrás de todo eso es la apropiación y la resignificación de las tecnologías digitales, a partir de distintos procedimientos que los sujetos humanos realizamos. Esto también se ve mucho en lo que está sucediendo en la movilización social hoy día, es decir, cómo la gente se apropia de las tecnologías, les dan nuevos significados, sirven para organizarse, sirven para crear. Aquí recuerda a “Las tesis”, como un buen ejemplo de cómo la gente se apropia creativamente de las tecnologías para difundir un mensaje. “Esa inmediatez de la transmisión del mensaje es producto de lo que te permiten hacer las tecnologías digitales”.
Como reflexión final, haciendo alusión a su proyecto FONDECYT y al Laboratorio, la académica hace hincapié en que “hace falta investigación respecto a cómo nos relacionamos con las tecnologías, porque respecto de las tecnologías digitales no se trata solamente de investigar cómo desarrollar más tecnología o cómo desarrollamos competencias en las personas para que sepan utilizar estas tecnologías, cuestión que es súper importante, pero también lo es cómo la gente le da significado a esas tecnologías y la utiliza creativamente para distintos objetivos”.