Internet y las redes sociales son campo fértil para el cultivo de las noticias falsas. Tres académicos e investigadores profundizan en los riesgos, apuntan a los responsables y enseñan el camino para no caer en su trampa ni ser un viralizador involuntario de ellas.
“El origen tiene que ver más con los partidos políticos, algunas ONGs y movimientos ideologizados. A veces los mismos políticos son muchas veces los viralizadores de desinformación al exacerbar la interpretación de algo o extremar los argumentos. Y eso hace que sea más complejo de identificar que una noticia que es completamente inventada", asegura Correa, directora de CICLOS UDP.